Condenan a un hombre por abusar de una colega internada tras un ACV en La Plata

Juan Manuel “Pino” Blanco fue hallado culpable de violar a una compañera de trabajo en un baño del Hospital San Martín de La Plata, mientras la víctima se encontraba internada y vulnerable tras un ACV. El ataque ocurrió en 2017, y esta semana el Tribunal IV dictó una condena de siete años y medio de prisión.

La justicia de La Plata condenó a Juan Manuel “Pino” Blanco, de 49 años, a siete años y seis meses de prisión por el delito de abuso sexual con acceso carnal, cometido contra una compañera de trabajo en 2017. La víctima se encontraba internada en el Hospital San Martín de La Plata tras haber sufrido un accidente cerebrovascular (ACV), cuando fue atacada por Blanco en el interior de un baño del nosocomio.

El fallo fue emitido por el Tribunal Oral y Criminal IV de La Plata, presidido por el juez Emir Caputo Tártara, quien también ordenó el inmediato arresto del acusado —que hasta ahora había permanecido en libertad gracias a recursos interpuestos por su defensa—. Además, Blanco deberá ser incluido en el Registro Nacional de Personas Condenadas por Delitos contra la Integridad Sexual y se le extrajeron muestras de ADN para el banco genético.

El hecho ocurrió el 16 de agosto de 2017, cuando Blanco fue al hospital con el pretexto de visitar a su compañera. Según la reconstrucción del caso, acompañó a la víctima hasta el baño, donde cerró la puerta, comenzó a manosearla y finalmente la violó. La mujer no estaba en condiciones de defenderse ni resistirse debido a su estado físico tras el ACV.

La condena se basó en el testimonio consistente y detallado de la víctima, respaldado por su esposo, empleados del hospital y profesionales de la salud mental que la evaluaron. Los informes psiquiátricos y psicológicos dieron cuenta de las secuelas graves que le dejó la agresión, entre ellas episodios de depresión severa, trastornos de ansiedad y tres intentos de suicidio.

El caso generó conmoción en el ámbito laboral y sanitario, ya que ambos trabajaban en una sucursal de Carrefour, y el ataque se produjo en el interior de una institución pública, donde la víctima estaba supuestamente segura y bajo cuidados médicos. La sentencia fue celebrada por colectivos de derechos humanos y organizaciones feministas que vienen reclamando justicia por casos de abuso en contextos de especial vulnerabilidad.